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Somos estudiantes del Instituto Superior de Formación Docente y Técnica Nº 20 , Ext. Vedia.
El objetivo de este blog es compartir nuestros trabajos y nuestras experiencias, para que nos conozcan y juntos luchar para lograr una nueva educación.
Decía Pablo Freire: " Importante en la escuela no es sólo estudiar, no es sólo trabajar, es también crear lazos de amistad, es crear un ambiente de camaradería, es convivir, es unirse".




miércoles, 21 de julio de 2010

Estoy volando

Había una vez un chiquillo que vivía en un orfanato.
Él siempre deseaba volar como un pájaro. Le costó entender por qué no podía volar. Había pájaros en el zoo mucho más grandes que él y ellos podían volar.
-¿Por qué no puedo volar?-pensaba, -¿Hay algo defectuoso en mí?- se preguntaba.
Había otro niño que era cojo. Siempre había deseado andar y correr como los demás niños y niñas.
-¿Por qué no puedo ser como ellos?- pensaba.
Un día el huérfano, que quería volar como un pájaro, huyó del orfanato. Llegó a un parque donde vio al chiquillo que no podía ni andar ni correr. Estaba jugando en la arena.
Se fue corriendo hacia el niño y le preguntó si alguna vez había querido volar como un pájaro.
-No-respondió- Pero sí me he preguntado cómo sería andar y correr como los demás niños-.
-¡Qué triste!- dijo el huérfano- ¿Pensás que podríamos ser amigos?- preguntó.
-Claro- dijo el niño.
Los dos jugaron durante horas. Hicieron castillos de arena y ruidos graciosos con las bocas; rieron muchísimo. Luego vino el padre del niño con una silla de ruedas para llevarse a su hijo. El huérfano, que siempre había querido volar, le susurró algo al padre.
-Eso estaría bien- dijo el hombre.
El chiquillo, que siempre había querido volar como un pájaro, le dijo al niño: -Eres mi único amigo, ojalá pudiera hacer algo para que anduvieras y corrieras como los demás niños, pero no puedo. Aunque sí hay algo que puedo hacer por ti-. El huérfano subió a su amigo a la espalda y comenzó a correr por la hierba. Corrió mucho y cada vez más rápido. Hizo que sus piernas trabajaran aún más. Se esforzó más y más. Pronto el viento sopló sobre sus caritas felices.
El padre del niño cojo comenzó a llorar al ver a su hermoso hijo mover sus brazos arriba y abajo en el viento, mientras gritaba con todas sus fuerzas:
-¡¡¡Estoy volando, papá, estoy volando!!!

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