El pasaje por los distintos niveles escolares tiene, para quienes se dedican a enseñar, un alto componente formativo. La biografía escolar suele reconocerse como la primera fase de la formación profesional: “La formación inicial es en realidad un segundo proceso, donde se pueden afianzar o reestructurar las pautas de comportamiento adquiridas como alumnos” (Gimeno Sacristán, 1.992). Este tránsito previo a la formación específica tiene un carácter perdurable y un fuerte impacto en la práctica profesional, sobre todo durante los primeros desempeños. La re-inserción en las escuelas constituye, entonces, un momento clave para la actualización de la propia experiencia escolar vivida, ya que las situaciones de incertidumbre y ansiedad llevan a los docentes principiantes a basarse en sus experiencias previas como alumnos, para configurar sus propios estilos y estrategias de enseñanza. Por lo tanto, la experiencia escolar que los docentes fueron acumulando constituye una fuente de conocimientos que se actualizará en situaciones determinadas, y ante demandas concretas.
La biografía escolar, es decir, el período vivido en la escuela por los maestros, practicantes y/o residentes siendo estos alumnos, constituye una fase formativa “clave” y su abordaje resulta enriquecedor para entender la práctica profesional.
Muy lindo Edith..
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